domingo, 11 de agosto de 2013

Andar y Ver. Curtidores de Fez



“En el zoco de los curtidores, el interés técnico sobrepasó la satisfacción estética. Desde la entrada nos acometió, agresivo, un hedor incalificable, un olor a podredumbre, que despedían conjuntamente los distintos baños: los de quitar los pelos, los de curtir, los de teñir, los de aclarar, qué sé yo más. El olor era espantoso; el suelo, también, grasiento y sucio que daba gusto. En la planta baja, una docena de depósitos servían para el curtido; en uno de ellos, un hombre con las piernas y los brazos desnudos, a pesar del frío incisivo, metido hasta la rodilla en el líquido negro y hediondo, raspaba las pieles para quitarle los pelos. /…/ Arriba, pues, había otra tanda de depósitos, también una docena, donde se teñían las pieles, que salían de los baños con hermoso y vivo color amarillo, ese amarillo que tanto luce en las babuchas “fassi”. Desde las azoteas pudimos divisar otros talleres vecinos donde otros artesanos hollaban en unas cubas llenas de tintorro la extraña vendimia de sus pieles purpúreas. Luego, todos esos cueros se ponían a secar en las azoteas, donde hacían grandes y caprichosas manchas bicolores sobre las paredes blancas de la vieja ciudad. Es este un espectáculo extraordinario, irreal, que me recordó el principio del Satyricon de Fellini. /…/ talleres donde en pleno siglo XX siguen curtiendo las pieles como lo hacían diez siglos ha unos moros más desdichados que los esclavos en la antigüedad”.
De “El collar de la Península” -  Georges Demerson



El que fuera consejero cultural de la embajada francesa en España, Georges Demerson (hispanista especializado en el extremeño de Ribera del Fresno, Juan Meléndez Valdés), fotografía con palabras en “El collar de la Península”, las emociones que yo humildemente intento trasmitir con fotografías. Su lema, el lema de la generación del 98, “andar y ver”, intento hacerlo mío.

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