jueves, 9 de junio de 2011

Cristo de la Misericordia de Valverde de Leganés (II)

El Santísimo Cristo de la Misericordia de Valverde de Leganés ya descansa en su ermita, a la que siempre ha estado vinculado. Se trata de una modesta edificación del siglo XVI que sustituyó a otra del siglo XIII. En su fachada a dos aguas destaca su puerta adintelada; una inscripción nos da la bienvenida con el salmo 32. En su exterior también sobresale una torrecilla metálica que soporta la campana. Su interior consta de una nave con bóveda de cañón, para los fieles, separada por rejería de la cabecera, presbiterio y altar, con bóveda de crucería, presidido por el Cristo y custodiado éste por Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Virgen de la Soledad, hermosas tallas de gran valor artístico que procesionan en Semana Santa por las calles de Valverde. A decir de Agustín Fernández Caballero (“Tras las huellas de un pueblo”) desde muy antiguo existió la Hermandad de la Vera Cruz y Santo Hospital de la Misericordia. La ermita del Santísimo Cristo de la Misericordia era la del Hospital de Sangre, recinto que se fundó anexo (hoy de propiedad particular utilizado como vivienda), y que en tiempo de contienda durante las guerras con Portugal recibía a los heridos (recordemos la situación estratégica de Valverde como villa fronteriza antes de la incorporación de Olivenza a la Corona española en 1801).


La obra de restauración del Cristo de la Misericordia, fue encargada con gran acierto por la hermandad a la restauradora gaditana Pilar Morillo Pérez, licenciada en Bellas Artes, que gracias a su perspicacia y tras vislumbrar que se trataba de una obra de imaginería ligera, no dudó en contar con la colaboración de Pablo Amador Marrero, investigador asociado al Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de Méjico, considerado uno de los mayores especialistas en imágenes construidas con caña de maíz. Un buen tándem que uniría restauración e investigación. Ambos visitaron Valverde de Leganés y en interesante conferencia dada en la Casa de la Cultura, nos explicarían tanto las características de la escultura ligera mexicana del siglo XVI como el proceso restaturador llevado a cabo en la imagen del querido Cristo valverdeño.


Imagen ligera constituida de materiales blandos donde se llegan a distinguir cañuela de maíz, diferentes tipos de papel (incluidos fragmentos de códices novohispanos: documentación pictográfica reciclada), tejidos, maderas (alma interior de los bazos) y maderas blandas como la de colorín (manos y pies). Sus particulares cualidades de ligereza son herederas de la producción escultórica española denominada comúnmente como papelones. Algunos elementos de su estética son relacionables con la imaginería tardogótica, muy próximo a lo medieval –especialmente en la cabeza y torso- . Las carnaciones corresponden con una intervención realizada posiblemente en el siglo XVII, mientras que del original apenas subyacen algunos restos en el paño de pureza.

El imprescindible conocimiento intrínseco de los materiales, tanto originales como añadidos, y el estado de conservación integral de la obra, requirió de un cuidado estudio científico interdisciplinario en el que se emplearon Rayos X, diferentes tipos de microscopía, entre ellas la Electrónica de barrido, cromatografías, identificación de fibras de soporte, videoscopia, etc.

Como resultado se constata el sistema de moldes utilizada para su ejecución de matriz primigenia, la cual se compone de dos partes principales, delantera y trasera, formada por pliegues de papel amate (indígena), cosido de las hormas, superposición de pasta de caña de maíz, caña descortezada, papel y pasta de madera, todo ello modelado. Es destacable la aparición de pliegos de papel correspondiente a la reutilización de documentos pictográficos a modo de dibujos (códices de época colonial). De igual forma se constató que la policromía que contemplamos es del siglo XVII, no conservándose material pictórico original en proporción necesaria para su recuperación, aunque sí lo suficiente para establecer un somero acercamiento a los modelos y formas desplegadas en dichos trabajos.

Su evaluación y análisis interdisciplinario ha servido para establecer las pautas de filiación de un hipotético taller que se ha dado en llamar del Maestro de los Crucificados de la Vía de la Plata, ya que tiene otros referentes cercanos en imágenes homónimas.



El Cristo de la Misericordia es un tesoro, arca depositaria de la espiritualidad de un pueblo, cofre que ha guardado y unido en su interior parte de la historia de América y de Extremadura y que ha conferido de universalidad a la villa de Valverde de Leganés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario