Mis pensamientos sobre el final del Adviento y el comienzo de la Navidad confluyen en la Basílica de la Santísima Trinidad de Florencia:
La recomendación de Adviento, “estad vigilantes” me recuerda el lema de la familia de mercaderes florentina Bartolini Salimbeni, “Per non dormire”. Sergio, nuestro amigo y guía de anécdotas en Florencia nos cuenta la antigua recomendación a los mercadres que, llegados a Florencia dormían tan profundamente que a la mañana siguiente no llegaban a tiempo para vender sus productos en el mercado. Sin embargo, los Bartolini Salimbeni sacrificaban hasta el sueño en pro de sus compromisos. Menos digna para la familia es la leyenda que narra que un miembro de la casa consiguió hacer fortuna gracias a la estratagema de administrar somníferos al resto de mercaderes invitados a una fiesta a fin de que no llegaran a tiempo a las subastas del mercado.
Anunciación y Encarnación están íntimamente unidas. Precisamente, en la capilla Bartolini Salimbeni de la Santísima Trinidad, podemos admirar el espléndido retablo, La Anunciación (1420-1425), del pintor gótico toscano, Lorenzo de Mónaco (seguramente maestro de Fra Angelico).
Por no dormir, gracias a su vigilia, los pastores de Belén tuvieron la gran oportunidad de adorar y ver a Dios hecho Niño, a Dios Encarnado. No puedo elegir mejor imagen para ilustrar esta entrada dedicada a la Navidad que la tabla, obra maestra de la escuela florentina, La Adoración de los Pastores de Ghirlandaio, pues aún recuerdo el impacto emocional que me produjo verla relucir en la penunbra de la capilla Sassetti de la Iglesia de la Santísima Trinidad. Pintada en 1485, en un Renacimiento temprano, lleno de arqueología clásica como el arco del triunfo o el sarcófago que hace las veces de pesebre, destaca el realismo de los pastores, de inspiración flamenca, pero consevando aún el espíritu gótico. Si la pintura flamenca diviniza la humanidad de Cristo, la italiana humaniza la divinidad, haciendo que lo profano invada las historias religiosas.
Es es misterio del Dios que se hace Hombre.
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